¿Qué es el Tantra? Se conoce
como Tantra Sádhaná al proceso de transformar la divinidad latente en
Divinidad Suprema. La divinidad en estado latente en la animalidad se
denomina, en el lenguaje de los aspirantes espirituales, kulakuńd́alinii.
De ese modo encontramos que en realidad el espíritu de la sádhaná tántrica(1)
reside en infundir una vibración a la kulakuńd́alinii e impulsarla hacia
la meta espiritual.
El término Tantra implica "la
liberación de la esclavitud [del cautiverio
del sopor o de la estaticidad]". La letra “ta” es el sonido raíz de la
somnolencia. Y la raíz verbal "trae" acompañada por el sufijo "da" se
convierte en "tra", lo cual significa "aquello que libera"
—así, la práctica espiritual que libera al aspirante de la somnolencia o de la
animalidad de la fuerza estática, y que expande el ser [espiritual] del
aspirante es la sádhaná del Tantra. Así pues, no puede haber práctica
espiritual alguna sin Tantra. El Tantra es sádhaná.
Por práctica espiritual se entiende aquella práctica que lleva a la
expansión, y esa expansión no es otra cosa que la liberación de la
esclavitud de toda clase de pesadez [o estaticidad]. Una persona que, sin
distinción de casta, credo o religión, aspira a la expansión espiritual o
que hace algo concreto con ese fin es un tántrico. El Tantra en sí mismo
no es una religión ni un "ismo" sino una ciencia espiritual fundamental.
Por lo tanto, donde quiera que haya alguna práctica espiritual, debería
darse por sentado que se apoya en el culto tántrico. Cuando la práctica
espiritual no existe, cuando la gente reza a Dios para la satisfacción de
sus mezquinos deseos mundanos, cuando el único lema de la gente es: "Danos
esto, danos aquello", solo en ese caso encontramos que el Tantra está
ausente. Así que, solamente se oponen al Tantra aquellos que no lo
entienden, o que aún entendiéndolo no desean realizar ninguna práctica
espiritual.
Las causas detrás de su rechazo a la sádhaná son dos. La primera se conoce
como la psicología de la inercia espiritual, y la segunda es una clase de
fobia. La fobia espiritual es el mayor enemigo de la sociedad humana. Esa
fobia es el principal factor que produce desaliento.
Como les decía, [la raíz acústica] "ta" representa el embotamiento, y el
esfuerzo por liberarse de ese embotamiento se conoce como Tantra sádhaná.
En este punto me gustaría decir unas palabras sobre los biija mantras
[sonido raíz, raíces acústicas] del Tantra. En este universo todas y cada
una de las acciones tienen cierta implicancia acústica. Al sonido
fundamental que opera detrás de una acción se lo conoce como la semilla de
esa acción. Si las distintas expresiones del Ser Cósmico o del Macrocosmos
se denominan devatás, en la raíz de todo devatá se encuentra una semilla o
sonido particular. A esa semilla o sonido se lo conoce como el biija
mantra del devatá correspondiente. La voluntad [biija bindu o ksamabiija]
del Ser Cósmico, en su primera expresión toma la forma de "náda" (la
primera expresión, que se mueve en línea recta). Posteriormente náda se
convierte en kalá [curvatura creada bajo la influencia de la Prakrtí
mutable] y las manifestaciones apreciables o perceptibles de esta kalá se
conocen como jagat o "el mundo". El espíritu del término jagat es
"exhibición".
De este modo encontramos que el mundo, el cual es una expresión de kalá,
viene de la náda del kámabiija o poder de la voluntad (Sambhúliunga), del
Ser Supremo. [Náda tiene la forma acústica de oṋm]. Este oṋm es la forma
colectiva de las tres letras semillas a, u, y ma, las que representan a la
creación, la preservación y la destrucción, respectivamente. Así, la
palabra oṋm puede representar adecuadamente al universo manifestado. A
través de un análisis apropiado, obtenemos cincuenta sonidos fundamentales
o raíces acústicas a partir de ese oṋm —es decir que oṋm es la forma
colectiva de esos cincuenta sonidos.
Toda acción mundana se expresa a través de las ondas activadoras que
contienen la potencialidad de esos sonidos fundamentales como su núcleo.
La potencialidad de un determinado sonido o las potencialidades de más de
un sonido pueden actuar como núcleos o núcleo de acuerdo a la naturaleza
de la acción en juego. Esos sonidos fundamentales constituyen la fuerza
creadora del universo, por eso son conocidos como mátrká varńas
[matrices causales]. Cualquier cosa que exista en el universo es
[sostenida] por un sonido de este tipo.
Una de las cosas existentes en el universo es la contracción o el
embotamiento. Esta contracción o embotamiento también es algo mundano, y
ya que existe, ciertamente tendrá algún biija mantra. El biija mantra de
este embotamiento es "ta", y la sádhaná que libera al aspirante espiritual
de la influencia de ese "ta" es el Tantra.
Hay una fuerza espiritual en todas y cada una de las entidades vivientes.
La interpretación práctica del Tantra es el despertar de esa fuerza
espiritual y expandirla con el único objetivo de unificarla con la
Divinidad Suprema. A la parte más baja de la columna vertebral se la
conoce como kula [la residencia de] Svayambhú. Se le llama kula porque
sostiene el peso del tronco físico principal. "Ku" quiere decir "creación" y
"la" significa "receptáculo" (lá + da= la). [La residencia de]
Svayambhúliuṋga, sosteniendo el peso del tronco físico principal, se
denomina correctamente "kula".
La animalidad inconsciente que reside en esta kula en forma enroscada no
es otra cosa que la fuerza divina latente, la cual vuelve a su estado
original tan pronto como se suprime su apego por las objetividades burdas.
Debido a su forma enroscada, a esa fuerza divina durmiente se la conoce
como kulakuńd́alinii, o la serpiente enroscada. Así que la fase inicial
de la sádhaná espiritual consiste en despertar a la kulakuńd́alinii de su
larga hibernación con la ayuda de una vibración apropiada que llegue de
un gran espiritualista [y] con la ayuda de un mantra adecuado. Pero para
el avance espiritual no es suficiente con solo despertarla. Esta
kulakuńd́alinii, una vez despierta, debe ser impulsada hacia arriba y su
existencia debe quedar suspendida en la existencia sin atributos de Shiva
[Conciencia Suprema]. Suspender la kulakuńd́alinii en Shiva es el ideal
del Tantra.
[Se debería meditar en la kuńd́alinii, que reside en el múládhára cakra
en una forma sutil y divina, enroscada tres veces y media, con el
resplandor de un millón de lunas y enroscada alrededor del
Svayambhúliuṋga.]
Hay varias glándulas de diferentes tipos en la estructura humana. Todas y
cada una de esas glándulas pueden ser consideradas como la estación
controladora de una [propensión] mental determinada, y la intensidad de
expresión de las [propensiones] mentales depende de la secreción adecuada
de hormonas por parte de esas glándulas. Como regla general, las hormonas
secretadas por las glándulas inferiores no pueden influenciar a las
glándulas superiores, pero si pueden, directa o indirectamente,
influenciar a las glándulas situadas en los puntos inferiores. Ya que el sahasrára cakra [correspondiente a la glándula pineal] es el cakra o plexo
más elevado, las hormonas secretadas por ese plexo pueden controlar a
todas las otras glándulas del cuerpo humano. Un momento atrás mencioné que
la kulakuńd́alinii se despierta por la fuerza de las ondas espirituales o
del mantra, y esas glándulas ayudan al aspirante espiritual creando dicha
fuerza. El sahasrára cakra, siendo el controlador de todas las glándulas,
es la estación central de todas las ondas y mantras.
En todas y cada una de las glándulas o subglándulas importantes reside la
semilla de su expresión; es decir, una mátrká varńa. De igual, modo, en
el sahasrára cakra [reside la semilla] de todas las expresiones. O sea que
todas las mátrká varńas están presentes allí. La forma sintética de
todas las mátrká varńas es el oṋḿkára (sonido oṋm). Así pues, se
puede ver claramente que la potencialidad de expresión de todos los
instintos de la mente humana subyace en el sahasrára cakra.
La [estaticidad] humana se puede convertir en espiritualidad o
divinidad sólo después de llegar al sahasrára cakra. El plexo más bajo, el
múládhára, es el asiento de lo burdo, y el plexo más elevado, el sahasrára,
es justamente lo opuesto, es el asiento de la conciencia. Así que la gente
con instinto animal no tiene otro camino: si desean liberarse de las
ilusiones mundanas tendrán que llevar a la kulakuńd́alinii desde el
múládhára hasta el sahasrára. El objetivo intrínseco de elevar la
kulakuńd́alinii es el de controlar las propensiones así como los sonidos
semilla de las distintas glándulas y suspenderse a sí mismo en Paramashiva
[el Núcleo de la Conciencia], que se encuentra en un nivel más allá del
alcance del sonido de los instintos y de las semillas acústicas. Es un
proceso tendiente a destruir los páshas [ataduras] de toda debilidad
mental, y después de conquistar todas esas debilidades y otros ripus
[enemigos] mentales, poder transformar la animalidad en divinidad. Esta
sádhaná de la kulakuńd́alinii representa una gran lucha ya que después de
establecerse por encima del alcance de todos y de cada uno de los
instintos, ideas y sonidos semilla, el sádhaka debe continuar su lucha con
el fin de unirse a la Entidad Suprema, que está más allá de la esfera del
mundo de la ideación. Así que la sádhaná del Tantra es una gran batalla,
una sádhanásamara.
La característica principal del Tantra es que representa el vigor humano.
Representa una lucha sin tregua. Allí donde no hay lucha no hay sádhaná.
Bajo tales circunstancias el Tantra no puede estar presente. Donde no
hay sádhaná, no hay lucha. Es imposible conquistar una idea burda y
reemplazarla por una sutil sin una batalla de por medio. Es absolutamente
imposible sin sádhaná. Por consiguiente, el Tantra no es sólo una lucha,
es una lucha integral. No sólo es una lucha externa o interna, sino ambas
simultáneamente. La lucha interna es una práctica de la parte más sutil
del Tantra, la lucha externa representa la lucha de la parte más burda, y la lucha tanto externa como interna es una batalla en
ambos sentidos a la vez.
Así, la práctica en todos y cada uno de los estratos de la vida recibe en
el Tantra el reconocimiento debido, y la coordinación y cooperación de las
prácticas en todos los niveles representa al Tantra en su apropiada
perspectiva. La práctica de elevar la kulakuńd́alinii es la sádhaná
interna del Tantra, mientras que el destruir la esclavitud del odio, del
recelo, del miedo, de la timidez, etc. por la acción directa es la sádhaná
externa. Cuando los que tienen poco conocimiento de la sádhaná ven el
estilo de esta lucha externa, piensan que los tántricos que se desplazan
en el campo de cremación son una clase de criaturas extrañas. Realmente el
público en general no entiende a esos tántricos. En la lucha directa
contra los ripus y las pashas pueden parecer temporalmente anormales,
pero no se puede ignorar el hecho de que en tiempos de guerra todas las
personas se vuelven, en alguna medida, antinaturales en sus formas de
actuar.
Los que no entendieron el
espíritu interno de la sádhaná más sutil del Tantra, o los que no
entendieron o no pudieron entender la esencia de las prácticas [Tántricas]
o no pudieron seguir esas prácticas en sus vidas, malinterpretaron la
idea real y hicieron lo que les gustó de acuerdo a su antojo, con la
intención de promover sus estrechos intereses personales y satisfacer sus
deseos mundanos. Una parte de la intelectualidad refinada, a causa de su
mezquindad y su gusto degradado, malentendió el Tantra y estuvo en su
contra. Los que no pudieron entender el espíritu interno de madya, máḿsa, miina [matsya], etc.
(conocido como el Paiṋcamakára) aceptaron la burda
interpretación mundana de esos artículos, y su Tantra sádhaná no fue más
que una actividad inmoral y antisocial.
El proceso del Tantra sádhaná es gradual. Pero incluso con un desarrollo
preliminar en esta sádhaná, los sádhakas alcanzan ciertos poderes mentales
y ocultos que los hacen más fuertes que la persona media en términos de
desarrollo mental y espiritual. Pero si en ese proceso el sádhaka olvida a
Parama Brahma, el punto culminante de toda nuestra expresión vital, y
emplea sus poderes mentales y ocultos para explotar a la masa común y
satisfacer su codicia, entonces la falta de mérito se encuentra en los
individuos mismos, no en el Tantra. Si los sádhakas permanecen vigilantes y
alertas respecto de los principios de Yama y Niyama, es decir, de los
principios morales cardinales, habrá poca oportunidad para la degradación.
Más bien, con su fuerza mental y psicoespiritual desarrollada, estarán en posición de
brindar un mejor
servicio a la humanidad y utilizar su intelecto de mejor manera.
La gente puede utilizar cualquier de sus poderes o logros en pos de la virtud o en
pos del vicio. Si alguien dirige sus potencialidades hacia designios
malvados o destructivos en lugar del bien, sus poderes o potencialidades
no tendrán culpa alguna —todos los deslices son deslices de la persona. El
dinero puede utilizarse en proyectos para el bienestar público, no
obstante, también puede llevar a diversos males sociales. La espada puede
utilizarse para detener al estúpido, como también al benévolo. Así pues, ¿son
la espada o el dinero responsables de su buen o mal uso? Ciertamente
no. Es inapropiado permitir que los poderes alcanzados a través de la
sádhaná tántrica se exterioricen; lo (propio) es ejercitar esos logros en
una sádhaná más compleja, con propósitos más sutiles, de manera que las
barreras espirituales se vean forzadas a abandonar la mente humana. Este
logro espiritual ayuda a la kulakuńd́alinii a ascender y a fundirse o
unificarse con la Conciencia Suprema.
El Tantra debería utilizarse únicamente en el campo sutil; si se aplica
exteriormente, acarrea tanto del impacto burdo de los asuntos mundanos que
la degeneración del sádhaka se hace inevitable. El poder aplicado por los
tántricos degradados en el śát karma del Tantra —es decir,
psíquicamente matar, dominar, controlar, entorpecer, hipnotizar,
etc.—
en realidad, no tiene nada que ver con la espiritualidad. Todos esos
poderes son simplemente poderes mentales logrados a través de la sádhaná
tántrica, y pueden lograrse incluso sin practicar Tantra sádhaná, practicando
ciertos procesos mentales. Pero entonces, tales poderes pueden
ser utilizados con éxito únicamente contra las mentes débiles. Ningún esfuerzo en
este sentido encontrará acogida alguna en las personas con más fortaleza
mental. Y ninguna de esas acciones tiene valor alguno para un sádhaka
[aspirante espiritual].
Para lograr poder tántrico se han de practicar ambas sádhanás, la interna
y la externa, hay que mantener ambas clases de lucha. Como parte de la
batalla externa hay que aplicar una fuerza o control vigoroso sobre la
expresión y la conducta mundana, mientras que en la batalla interna se ha
de despertar y elevar la kulakuńd́alinii en contra de nuestros
pensamientos burdos y con toda la fuerza de nuestra intuición.
El ascenso de la kulakuńd́alinii se logra practicando ciertos procesos. En
el sahasrára cakra, la glándula pineal, la kulakuńd́alinii bebe la
hormona secretada por ese plexo. La explicación biológica de esto es que
el sádhaka obtiene el control sobre el flujo del néctar secretado por el sahasrára
(es decir sobre una determinada hormona secretada por la
glándula pineal). Ese flujo de néctar es el sostén principal de la vida
divina. Durante el período de la kulakuńd́alinii sádhaná [sádhaná que
establece el control sobre la "serpiente enroscada"], los sádhakas
logran o establecen control sobre el ascenso y descenso del fluido (en el
meridiano central [suśumná]). La tendencia mental del sádhaka adquiere
vitalidad por el néctar del sahasrára —por esta hormona— y por el
movimiento bien controlado del fluido [suśumná], aportando al sádhaka un
vigor y sagacidad poco comunes. La combinación de semejante sagacidad y
vigor, adorna al sádhaka con una personalidad atractiva, una inteligencia
aguda y un espíritu sin igual. Solo bajo el liderazgo legítimo de tales
tántricos, se puede vivir una vida racional y social dharmika (recta,
moral).
En este camino del avance humano desde la animalidad hacia la divinidad,
todos tienen una posición determinada y ejercen una influencia sobre la
sociedad correspondiente a esa posición. Todos los seres humanos, por
principio, en virtud de ser homo sapiens tienen los mismos derechos que
otros en todos los aspectos de la vida, pero el Tantra admite
especialidades para los individuos en proporción a su posición en el
estrato metafísico. El Tantra no reconoce diferencia racial, genealógica,
política, nacional o económica alguna entre los seres humanos, pero le da
reconocimiento al vigor individual. La diferencia fundamental entre los
ideales Védicos arios y los ideales Tántricos, es que, entre los ideales
Védicos se da mucha importancia a las diferencias raciales y de clanes,
mientras que en el Tantra solo se honra al ser humano ideal. Hay muy poco
campo para el desarrollo espiritual en la religión Aria, llena de
oraciones, y por eso los arios que se asentaron en la India fueron
influenciados poco a poco por el Tantra. La efectividad del Tantra para
desarrollar la personalidad y el vigor en poco tiempo, los atrajo hacia
esta práctica. Así que al principio comenzaron a practicar la sádhaná
tántrica, pero lo hicieron en el más estricto secreto. Durante el día
vivían como Arios con sus emblemas habituales —shikhá [el pelo
sagrado] y sútra [hilo sagrado]— pero por la noche se despojaban del upaviita [hilo sagrado]
y de las diferencias de castas, y practicaban la
sádhaná tántrica en el bhaeravii cakra.(2)
[Cuando ellos se sientan en el bhaeravii cakra, se distinguen únicamente
entre los que son sádhakas y los que no lo son; pero cuando dejan el
cakra, ellos renuevan la tradicional diferencia de casta.]
Los vedas, a través de sus rituales de sacrificio, alientan el
materialismo, mientras que el culto tántrico, a través de su práctica
mental y espiritual, ayuda a los sádhakas a progresar hacia el ser
intuitivo —hacia la Realidad Suprema sin atributos.
El espíritu de la sádhaná es controlar la tendencia extroversiva de la
mente —el guiarse uno mismo hacia la dirección apropiada— y por lo tanto,
la sádhaná y el culto tántrico son sinónimos. Las ceremonias de
sacrificio, oraciones y demás ritos externos ni son Tantra ni son
sádhaná. Toda sádhaná que aspira al logro del Supremo, sea cual fuere su
afiliación religiosa, es definitivamente Tantra, porque Tantra no es una
religión, sino que es simplemente la ciencia de la sádhaná —es un
principio. En realidad, ¿alguien puede elevarse en alguna esfera de la
vida sin la [sádhaná]? ¿Podemos alcanzar honor, posición y otras
comodidades que deseemos en este mundo material sin luchar? Y cuando
consideramos nuestra aspiración para el desarrollo y el avance en el mundo
mental —ello tampoco puede alcanzarse sin lucha—. Así pues, en todas
partes, tanto en la esfera burda como en la sutil, la lucha es la esencia
de la vida y el rol propio de los seres humanos reside en [controlar] y
encauzar toda tendencia y fuerza burda. Así que el Tantra no sólo es
valioso en el mundo espiritual, sino que incluso en la esfera más material
y densa de la vida, no queda otra opción más que la de aceptar los ideales tántricos.
Aquellos que brillan y despiertan su vigor en los ámbitos físico y mental
entablando una lucha contra las tendencias burdas se convierten en seres
sobrehumanos aún en forma humana. Tales personalidades, adornadas con
vigor y vitalidad, reciben una ovación en todas partes. De hecho, sea cual
fuere el [sistema social o administrativo de un país] —ya sea que se trate
de una república democrática, de una burocracia o de una dictadura—
solamente gobiernan aquellos que han invocado vigor y personalidad en sí
mismos. Las
personalidades plenas de vigor siempre se imponen a los más débiles. Si esos
individuos con grandes personalidades y de gran vigor incursionan en la
política, se convierten en [líderes fuertes o autocráticos], mientras que
los demás se doblegan a su mandato.
A las personalidades de categoría intermedia [en lo que se refiere a su
vigor] no les gusta asumir las responsabilidades de una posición de
liderazgo. Ellos mantienen su [liderazgo autocrático] bajo el refugio
seguro de un gobierno monárquico o republicano [haciendo de la corona o
del parlamento un juguete en sus manos] aunque no se pueda declarar
categóricamente que la democracia sólo triunfe en los países donde la
gente carece de vigor. Hay muchos países en donde la gente no carece de
vigor, y aun así la democracia ha proclamado su éxito. Por supuesto, esto
tiene un lado político también. La [autocracia] hace su aparición solo en
aquellos países en los que la gente tiene una amplia reserva de vigor,
no obstante donde el gobierno se encuentre infectado por un alto grado de
corrupción. En Inglaterra y los Estados Unidos de América no hay carencia
de vigor, pero debido a la forma eficiente de gobierno, la democracia
nunca ha fallado. Por otra parte en Pakistán y Egipto, debido a la desesperada
y lastimosa clase de gobierno, la gente en general ha aceptado
sinceramente [la autocracia].
En este mundo también hay muchos países en los cuales no hay líderes
honestos y sinceros en la esfera política, y cuyo cuerpo gubernamental
está lleno de corrupción, pero en donde, sin embargo, la democracia no ha
sufrido retroceso alguno. De cualquier forma, la esencia de mi comentario
recae en el hecho de que incluso en los asuntos mundanos, la personalidad
se desarrolla a través de la sádhaná tántrica, y la sádhaná conduce al
éxito en todas partes.
En este sentido cabe preguntarse si los [líderes poderosos] del mundo
practican alguna sádhaná tántrica o no. Mi respuesta para esto será que tal
vez, inconscientemente, hayan seguido siempre los principios tántricos.
Quizá ustedes sepan que el gran héroe de la independencia india, Subhash
[Chandra Bose], era un ardiente seguidor del culto tántrico.
El sistema de casta se basa en el principio de la distinción y las
diferencias. Este sistema ha constituido el mayor obstáculo para la
formación de una sociedad fuerte, bien organizada y sólidamente construida.
Este sistema no proporciona una pista o una simiente de la posibilidad de la
unidad en la diversidad. El sistema de castas es reconocido únicamente por
los Vedas, no por el Tantra. En el culto tántrico aunque existen todas las
oportunidades para el desarrollo integral de una persona, sin embargo,
como seres humanos, todos siguen en un estado de igualdad. Eso es por qué no
pueden existir concesiones del Tantra para con el sistema de castas.
Es decir —el Tantra ha expresado claramente— "Aquellos que orgullosamente
abogan por el sistema de castas son esclavos de los Vedas, mientras que
los que se elevan sobre él o lo rechazan obtienen un lugar a la cabeza o
por encina de los Vedas." El actual sistema de castas de la sociedad Hindú
es la creación de los oportunistas Arios Védicos que se introdujeron en la
práctica tántrica, pero que por su falta de sinceridad no lograron el
status deseado. Las deficiencias de la sociedad Védica han ocasionado, de
esta forma, un gran daño al Tantra.
Los verdaderos tántricos ciertamente concederán honores especiales y
reconocimiento al vigor y a las potencialidades individuales, pero como
seres humanos todos serán iguales ante ellos. También en la época Budista
los tántricos siguieron este principio y en tiempos antiguos Bengala
y Mithila fueron grandes sedes del Tantra. En aquella época los que
habían avanzado en la sádhaná tántrica —los Brahmanes, Kayasthas, Vaidyas,
etc. que estaban comprometidos en la sádhaná de elevar la
kulakuńd́alinii— fueron identificados como Kuliinas. Los que eran
partidarios de los Vedas (también conocido como Shruti), eran reconocidos
como Shrotriyas. Aunque como seres humanos los Kuliinas y los Shrotriyas
disfrutaban de la misma posición en la sociedad de entonces, los Kuliinas
solían recibir un honor especial como sádhakas. Ballel Sen, el rey de
Bengala, originalmente era Budista tántrico, pero más tarde se transformó
en tántrico Hindú.
Los tántricos deben entablar una lucha contra todas las
fuerzas mundanas, una lucha sin tregua contra la desigualdad y la
cobardía. La igualdad en la sociedad no se puede lograr si la [base del
poder] solo es cuantitativa, sin consideración alguna del valor
cualitativo, porque actualmente, los que no se interesan en desarrollar el
vigor en sí mismos a través de la sádhaná exceden en número a aquellos que
sí lo hacen: Así que no es mediante la democracia, sino confiando el poder
a los auténticos tántricos, que debe establecerse la igualdad en las
esferas social y económica de este mundo material. El establecimiento de
la igualdad es posible únicamente por los tántricos y no por los que no lo
son. Por supuesto, no sólo en la esfera mental y espiritual, sino en la
material también, lograr la igualdad absoluta es imposible, por lo que
los tántricos han de continuar su lucha indefinidamente ¿Dónde encontrarán
ellos una oportunidad de descansar?