Nuestros cuerpos están compuesto de todo aquello que comemos y bebemos.
Nuestros tejidos son el resultado de la asimilación y de la transformación
bioenergética de la comida ingerida. Los tejidos son siete en número y
cada uno es la transformación enzimático del anterior. Por ejemplo, el
alimento se transforma inicialmente en esencia digestiva llamada rasa
dhátu, que en parte se
puede describir como alimento a nivel molecular. Es absorbido por la
circulación sanguínea y linfática en torno a los intestinos. De rasa
deriva, por transformación enzimático y liberación de calor, la sangre o
el rakta dhátu; de este se
forma el tercer elemento que es la carne y los músculos o mansa
dhátu. La
esencia de este se transforma en tejido adiposo o maddiya dhátu, que es el
cuarto elemento. El quinto elemento se compone de los huesos y las
articulaciones o asti dhátu. Dentro de este se forma el sexto
dhátu como resultado de las
transformaciones anteriores, la médula ósea o majja dhátu, que es la sustancia
elemental para la formación de las células elementales de la sangre y del
sistema inmunológico. De esto se forma el séptimo
dhátu llamado shukra, esta
es la transformación final orgánica y energética del alimento ingerido. De
acuerdo con Shirii Shrii Anandamurti el shukra tiene tres etapas: Linfa
vital (pranarasa), semen (esperma y óvulo) y fluido seminal (líquido
prismático o nutrimento seminal del endometrio).
El shukra no tiene traducción exacta. Es la sustancia más
importante para el desarrollo cerebral, así como para el psíquico.